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Las mujeres y el derecho

¡Hola queridos lectores!

El siguiente escrito tiene la intención de asomarnos un poco a cómo se ha ido transformando el ingreso de las mujeres al “escabroso mundo de las leyes y el litigio” reservado (como tantas otras profesiones) a los hombres. 

Pues bien,  como todos hemos escuchado y leído a las mujeres aproximadamente  a partir de los años 50’s que se le dio derecho al voto, han ido conquistando terrenos y profesiones que no habían sido exploradas y mucho menos permitidas para que las desarrollara una mujer. Por supuesto, la Licenciatura en Derecho no es la excepción, ¡jamás!, ¿cómo una mujer estudiando leyes? ¡qué se vaya a su casa a las labores propias de su género!.  Quiero que sepan que este estigma no tiene mucho eh! Yo no son tan longeva y me enfrenté a ello.

Les presento a la primera abogada, Sarmiza Bilcescu (1867-1935)

La primera mujer que consiguió un doctorado en derecho fue la rumana SarmizaBilcescu y lo obtuvo en la Universidad de París después de luchar contra la misoginia y las continuas trabas con las que se encontró por el simple hecho de ser mujer. Sarmiza, que había vivido en su propia piel la injusticia de la inexistencia de mujeres en la universidad, nunca se dedicó a la abogacía, sino que dedicó toda su vida a defender los derechos femeninos.(http://www.mujeresenlahistoria.com/2015/01/la-primera-abogada-sarmiza-bilcescu.html)

Muchos hemos conocido o escuchado de las revueltas, marchas, disputas, conferencias, etc. En busca de la equidad de género; creánme  yo no estoy a favor de muchos extremos mal entendidos de ésta búsqueda de igualdad y equidad de género (hembrismo), en diversas ocasiones he manifestado que la verdadera razón de esto es el derecho a trabajo e igualdad salarial, así como oportunidad de puestos, derecho a estudiar, derecho a decir lo que sientes y piensas (siempre con respeto), derecho a tener decisión sobre ti misma, tu cuerpo y tu pensamiento.

Así las cosas estimados lectores,  la realidad es que lo único que querían muchas de estas mujeres antecesoras que nos abrieron camino era eso; ser respetadas y oídas

Y seguimos en ese proceso, descubriendo nuevos horizontes, nuevos caminos, nuevas profesiones; pero también seguimos siendo madres, femeninas, esposas, novias, hermanas, hijas; aguerrídas y decididas a seguir conquistando al mundo. 

Me despido, esperando les guste mi aportación; quedando en espera de sus comentarios y sugerencias para siguientes publicaciones.

¡Hasta pronto!